25 de noviembre de 2012

El entramado complejo de las campañas electorales: El caso Estados Unidos, II


En lo que respecta a la publicidad durante las campañas electorales, el número de anuncios transmitidos fue más de un millón de spots en televisión y se gastaron más de mil millones de dólares en estos. Estas cifras superaron en un 40% a la publicidad difundida en las elecciones presidenciales de 2008, de acuerdo a un estudio del Centro de Política Responsable de los EEUU, donde entonces Obama ganó con amplia ventaja. De tal modo, que el peso que tiene la publicidad en televisión sigue siendo un factor fundamental a la hora de una elección. Si bien la web y las redes sociales han empezado a figurar como un espacio para el bombardeo de publicidad, las campañas políticas tienen un nicho propio, la televisión. Ambos candidatos sabían que si dejaban de figurar en televisión y optaban por otros medios para promocionarse, era un suicidio político. La televisión y la radio seguirán figurando durante unas décadas más como el principal espacio en donde se invertirá en campañas políticas. 

Es así que para que pudieran llevar a cabo sus campañas de esta manera, tenían que contar con recursos suficientes para financiar su publicidad, lo que nos lleva a analizar un tercer factor que describe parte del financiamiento del sistema electoral EEUU, y la forma en que las corporaciones hacen sus apuestas. 

Según las estimaciones del Centro de Políticas Responsables, señalo que hasta el 31 de Octubre, las elecciones habían tenido un costo alrededor de los 6 billones de dólares. Si bien en el sistema electoral de los EEUU existe el financiamiento público para las campañas políticas, por cada peso que se recaude, los candidatos optaron por sólo recurrir al financiamiento privado. De acuerdo con el Centro, la procedencia de los fondos para las campañas en el caso de Obama y Romney se diferenciaron en gran medida, dado que el primero reunió una gran parte de sus fondos a través de hogares y pequeñas donaciones de menos de $200 dólares reuniendo $214.3 millones de dólares para su campaña, en tanto Romney solamente obtuvo $70.8 millones para su campaña en aportaciones menores de $200. De tal modo, que el 30% de las donaciones a Obama fueron hechas por pequeños contribuyentes, 3 veces superior a lo recaudado por Romney. En cambio, el gran apoyo financiero provino de los grandes contribuyentes, según el Centro, dando 40 donantes más de $200 millones para la campaña del republicano a la presidencia, obteniendo Romney 4.5 veces más dinero de donadores individuales mayores que de donadores pequeños. Por otra parte, Obama también obtuvo una gran ayuda por parte de contribuyentes poderosos que reunieron al menos $180 millones para apoyar al mandatario en su reelección. 



Lo anterior nos describe dos aspectos importantes. El primero es el diseño de una estrategia de financiamiento para una campaña política, Obama logró generar una exitosa recaudación de fondos a través de pequeñas contribuciones que iban desde los $20 dólares hasta los $200, ampliando con esto la base recaudatoria de financiamiento político. Sin duda que el carisma y la simpatía que ha tenido el mandatario son factores que han generado diferentes muestras de apoyo, incluido el económico, sin embargo, una campaña que permite a las personas que simpatizan con algún candidato, que no poseen grandes ingresos, hacer aportaciones a la campaña, eleva y amplia el nivel de apoyo y compromiso hacia el candidato. El uso efectivo de las redes sociales, el correo y diversos medios para solicitar el apoyo económico, para promover una aportación de $20 dólares para ayudar en la campaña política del candidato demócrata, incrementó enormemente el financiamiento, de tal modo que Barack Obama recaudó poco más de $632 millones de dólares, mientras que la del republicano Mitt Romney había obtenido algo más de $389 millones. 



El segundo aspecto importante a describir es, la forma en que las grandes corporaciones o empresarios financian las campañas políticas, como se puede observar ambos candidatos obtuvieron la misma cantidad por parte de los grandes contribuyentes, ligeramente arriba Romney. Aunque podía observarse que ciertos magnates apostaban por la llegada del candidato republicano, no hubo una generalización de esto, más bien la forma en la que operan las corporaciones, es hacer aportaciones similares a candidatos que estén en posibilidades de ganar la presidencia, ya que independientemente de quien llegue a la presidencia, se tendrá que recompensar la ayuda económica, de esta manera las corporaciones evitan confrontaciones políticas y se dedican a hacer negocios sin distingo partidario. Cabe aclarar que las leyes electorales de EEUU impiden a las compañías hacer donaciones directas a algún candidato, pero esto es sólo una mera formalidad legal, que en los hechos no se cumple, ya que al hacer una aportación a nombre de una persona que representa a determinada corporación, se sabe de antemano que se hace por parte de ésta. Sin embargo, si establecen un tope máximo de aportación de $2,500 dólares por persona. 

Otro elemento importante es la forma en cómo se hizo que se llegaran a más de un millón de anuncios en televisión, y es aquí donde jugaron un papel crucial los llamados “SuperPAC”, Comités de Acción Política (PAC por sus siglas en inglés), comités políticos que puedan estar constituidos y administrados por corporaciones, sindicatos, organizaciones de me membresía o asociaciones de profesiones. Estos se registran en la Comisión Federal de Elecciones con el propósito específico de recaudar fondos para contratar publicidad a favor de algún candidato o en contra. Como señalamos anteriormente, las leyes electorales impiden a las compañías hacer aportaciones directas a los candidatos, sin embargo, si lo pueden hacer a través de los PAC, sin tope de aportación. Tan sólo estos llamados "superPAC", lograron recaudar alrededor de 490 millones de dólares entre ambos candidatos, dedicados a la compra de espacios en medios electrónicos, principalmente radio y televisión, con el fin de apoyar o denostar a algún candidato. Aunque ha sido cuestionado el proceder los PAC, por una parte debido al peso que tienen las grandes compañías en el financiamiento de las campañas políticas, y por otro lado porque han sido utilizadas en su mayoría para financiar campañas negativas en contra de algún candidato, siguen vigentes y en 2010, el Tribunal Supremo de los EEUU, en un falló controvertido señaló que las grandes corporaciones tienen derechos como cualquier otra persona, y que por lo tanto no se les puede limitar su derecho a aportar recursos a favor de un candidato a través de la compra de publicidad, ya que con ello se estaría limitando su derecho a expresarse. En este caso Obama tuvo ocho "superPAC" y cinco en contra, mientras que Romney tuvo once en su favor y siete que se movilizaron contra él. El peso que toman los PAC es cada vez más relevante, no sólo por la cantidad de dinero que se puede recaudar para contratar publicidad, sino además porque incrementa la capacidad organizativa de determinados grupos que están en contra o a favor de determinado grupo, dándoles una capacidad de incidencia realmente importante, y en donde el día de las elecciones ya no depende tan sólo de la voluntad popular, sino en gran medida de las capacidades que los partidos y candidatos lograron aglutinar, organizar y recaudar financiamiento para las elecciones. Pero también define el rumbo de la publicidad política, la cual se vuelve cada vez más agresiva, negativa e incluso en ocasiones puede llegar a ser difamatoria. Sin embargo, no se ve que en el caso de los EEUU, pretenda regularse el contenido de las campañas negativas, ambos tanto el partido republicano como el demócrata hacen uso de este tipo de publicidad. 



Por último, es importante analizar el peso que tienen los diversos grupos migrantes y de ultraderecha, que han tenido un nivel de organización y de presencia importante en las más recientes campañas electorales. 

En el caso de los grupos migrantes, los hispanos son los que tiene mayor relevancia tanto demográfica como política en los EEUU. El tema de la reforma migratoria, las deportaciones masivas (iniciadas durante el gobierno de George W. Bush, y que han continuado en menor escala con Obama), así como el hecho de que varias entidades de Estados Unidos hayan promulgado leyes contra los indocumentados que en su mayoría facultan a la policía para cuestionar el estatus migratorio de cualquier persona, así como imponer sanciones a empleadores que contraten a inmigrantes, han hecho que la comunidad hispana se movilice y se organice para exigir tanto la legalización de su estatus migratoria, como el respeto de sus derechos humanos por parte de las autoridades estadounidenses. Tal ha sido el peso tanto demográfico y político que han tomado estas comunidades, que parte de las campañas en determinados estados se transmiten en español, asimismo, ambos candidatos acudieron a un encuentro organizado por el canal Univisión, para hablar con periodistas y parte de la comunidad latina. No hay otro grupo racial o cultural, que tenga tal visibilidad como los hispanos, en las recientes campañas electorales de los EEUU. 



Los otros grupos son los de extrema derecha en EEUU, entre estos destaca el denominado Tea Party. No son como tal un grupo o partido organizado con base jerárquica, más bien son varios miles de grupos repartidos en todo el país, que son una mezcla incolora de ideas y objetivos, pero que tienen como denominador común, reducción del gasto público, pocos impuestos y un respeto irrestricto a los derechos reconocidos en la Constitución. Este se hizo presente en la vida pública después de la llegada de Obama, pero que se inició desde la administración Bush, a raíz de la debacle económica, y que tuvo como candidata a la vicepresidencia a Sarah Palin por parte de los republicanos. Comenzaron a tomar fuerza debido a las consecuencias de la crisis económica, ya que se oponen al alza de impuestos, al rescate de bancos y al incremento del gasto público, y que se opusieron a las medidas de protección universal de salud que implementó Obama. Este grupo tuvo en estas elecciones su candidato, Paul Ryan, como candidato a la vicepresidencia. Manejando un discurso agresivo en contra de los derechos de los migrantes, de las mujeres, en particular, el aborto, así como los derechos lésbico-gais, entre otros. Asimismo, plantean que el Estado debe de intervenir lo menos posible en la vida económica y social, dejándolo al vaivén del mercado y de “la supervivencia del más fuerte”. En el plano internacional, consideran que cualquier amenaza a la seguridad y poderío estadounidense debe ser eliminada, Irán, Palestina, Hugo Chávez, China, etc.



Aunque ha habido mejorías de la economía estadounidense y de que se han paleado en cierta medida las consecuencias sociales de la crisis, durante la administración de Obama, aún persiste el alto porcentaje de desempleados y desigualdad económica y social, lo que hace que ciertos grupos de extrema derecha, tomen importancia, tal como sucede en Europa y de manera preocupante en Grecia, en donde un partido neonazi, ha alcanzado un número importante de escaños, y han tomado funciones que sólo el Estado puede realizar, como el tema migratorio y de asistencia social. Estos grupos y el discurso que han puesto en la esfera pública, hace que hasta cierto grado, los partidos o candidatos puedan proponer medidas que puedan violentar los derechos de determinados grupos. Es así que Obama y Romney tuvieron que hacer equilibrismo en sus discursos y debates, para tratar de tocar los diferentes puntos del espectro social y político del país. 

Por último, ¿dónde estuvo el peso de la economía, de los Occupy Wall Street, de los sindicatos, entre muchos otros? En el caso del empleo y la crisis económica, siempre estuvo presente, en todo momento, sólo que durante las campañas electorales, comenzaron a moverse otros factores que fueron determinantes, como los dichos por los candidatos, las figuras que proyectaban, cuánto dinero tenían para difundir sus promocionales en contra o a favor de determinado candidato, así como los grupos con mayor peso político en la esfera, en el caso de los hispanos debido a su densidad demográfica, pero también a su capacidad organizativa y política, en el caso del Tea Party, se debe más a su discurso agresivo y el contexto económico, así como a la influencia que han tenido en el Partido Republicano para ir colocando a sus figuras. Los otros grupos como los de Occupy y los sindicatos, no fueron visibles, aunque un análisis más pormenorizado podría reflejar en qué medida jugaron un papel crucial, pero al menos en el discurso de las campañas electorales, estos grupos no figuraron. 

Me parece que fue más complejo el proceso de las campañas electorales, que los factores que aquí sólo apunto, pero desde mi perspectiva estos factores se hicieron relevantes durante las campañas, y tuvieron un peso determinante en la forma en cómo fue evolucionando este proceso. Quizás con un poco más de distancia y análisis, podamos encontrar otros elementos que nos ayuden a desentrañar, el peso específico que cada factor aquí señalado tuvo en las campañas electorales, pero a tan corta distancia, los factores aquí señalados fueron sustancialmente visibles. 

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22 de noviembre de 2012

El entramado complejo de las campañas electorales: El caso Estados Unidos, I


En este artículo pretendemos analizar cuáles son los diversos factores que juegan un papel fundamental en las campañas electorales y, que pueden ser determinantes para definir a un ganador y perdedor. Para ello analizaremos las recientes elecciones presidenciales en EEUU, en donde resultó reelecto Barack Obama para otros cuatro años en la presidencia.

Para adentrarnos en el estudio de este caso, vale la pena primero revisar cómo está diseñado el sistema electoral de los EEUU, para la elección de Presidente, ya que funciona de manera diferente a la mayoría de los sistemas electorales conocidos en América Latina, ya que quien gana no es quien tiene el mayoría del voto popular sino la mayoría de delegados y votos del Colegio Electoral.

En cada elección presidencial de los EEUU se conforma un Colegio Electoral, el cual se integra por 538 delegados que equivalen al número de legisladores del Congreso, donde 435 provienen de la Cámara de Representantes, 100 del Senado (dos por cada uno de los 50 estados) y tres por el Distrito de Columbia (Washington, D.C.). Este diseño se configuró desde la fundación de los EEUU, y ha mantenido su esencia; el objetivo es que haya un contrapeso entre la elección por parte del Congreso y del voto popular. 

La forma en que opera este Colegio Electoral es la siguiente, los delegados que forman parte de este Colegio son votados por los ciudadanos, estos 538 delegados en el mes de diciembre “eligen” al presidente de los EEUU. Los delegados son postulados por los propios partidos de tal modo que al ser elegidos se comprometen a dar su voto por el candidato triunfador. En las papeletas, cada candidato a presidente lleva adjunto el nombre de su vicepresidente y el partido político al que pertenece. Pero estos votos no eligen de momento al presidente, sino que eligen en bloque a los “compromisarios” o delegados de esta opción política que irán después al Colegio Electoral. De tal modo, que los ciudadanos de cada uno de los estados eligen a una planilla de electorales que estén comprometidos con algunos de los diferentes candidatos a la presidencia. El candidato que obtenga el mayor número de votos se lleva la totalidad de la planilla, es decir, que si en un estado hay 59 votos electorales, y un candidato obtiene 29 se lleva, los 59 votos.



Los estados claves para conseguir el número de votos que garantice la victoria en el Colegio Electoral son: California (55), Texas (38), Nueva York (29), Florida (29), Pensilvania (20), Illinois (20), Ohio (18), Míchigan (16), Georgia (16), Nueva Jersey (14), Washington (12) y Distrito de Columbia (3), con estos estados se consigue los 270 votos electorales necesarios para ganar la presidencia. De tal modo, que los candidatos se concentran en los estados que tiene mayor número de votos electorales y que no están definidos por algún partido, como si sucede con algunos estados como el de Nueva York que tiende siempre a votar por el partido demócrata. Cabe añadir, que cada estado tiene su propia legislación electoral, de tal modo que no tienen un órgano que centralice las funciones de organizar y vigilar el proceso electoral. 

Ya constituido este Colegio Electoral, se reúnen en las sedes del poder legislativo de cada estado o en otros lugares designados, a mediados de diciembre y eligen a su vez a la fórmula que tendrá a su cargo el gobierno de EEUU, sin embargo, el ejercicio de este órgano suele ser un mero formalismo, ya que se sabe de antemano que los resultados obtenidos el día de las elecciones simplemente se refrendarán. Por otro lado, esto hace que el voto popular quede en segundo plano en muchas ocasiones, ya que varios presidentes de EEUU no han obtenido la mayoría en el sufragio popular pero si el del Colegio Electoral, el caso más reciente y polémico fue la elección de George W. Bush en el año 2000. 

Factores presentes en el proceso electoral de los EEUU: la figura presidencial, el financiamiento, el gasto en publicidad y los grupos organizados 

El primer debate por la elección a la presidencia en EEUU, dejó ver claramente lo importante que es para los electores la figura presidencial, del Jefe de Estado, al ver a un Barack Obama, apático y amable frente a su contrincante duro y puntual, hizo que las encuestas cambiarán sustancialmente. Los tropiezos que había tenido Mitt Romney durante la campaña, pusieron en una ventaja cómoda a B. Obama, sin embargo, el primer debate expuso ciertas deficiencias del candidato demócrata, a tal grado que lo que se tenía asegurado se puso en riesgo. 

En medio de un contexto de crisis económica, de amenazas a la seguridad regional en Medio Oriente, con el caso de Irán y la muerte del Embajador en Libia, los electores estadounidenses buscaban una figura que tuviera un carácter fuerte, aguerrido e incluso agresivo, para hacer frente a tales riesgos. El peso del régimen presidencialista de los EEUU y su poder como potencia mundial, hace que la figura del presidente tome mayor relevancia, aunado a que la historia de los diferentes presidentes ha mostrado cómo han reaccionado los electores estadounidenses, tal como el caso de Jimmy Carter, que se le vio como un hombre falto de carácter e incapaz de hacer frente a los conflictos internacionales. 

Cabe anotar, que en la mayoría de las ocasiones, frente a una grave crisis económica o social, las sociedades tienden a buscar o elegir a alguien que señale y enjuicie al responsable de dicha situación (los adinerados, los inmigrantes, los países vistos como colonialistas, alguna comunidad o religión, entre otras), y que a su vez generé un sentimiento de seguridad, frente a las amenazas internas o externas. 

De tal modo que el papel que juega la imagen que se pretenda reflejar al electorado en términos del contexto e ideario, es fundamental para definir una elección. Es así que Romney al mostrarse más agresivo frente a su contrincante, y hacerse pasar por más asertivo frente a la impericia del otro candidato, incidió en que el electorado modificará la tendencia favorable hacia Obama. No por nada, en los debates consecuentes se vio a un Obama más agresivo y hasta un poco fanfarrón. Pero era claro, que esa era la figura que el electorado quería ver en un Jefe de Estado. Asimismo, el huracán Sandy se convirtió en una oportunidad en la campaña de Obama, ya que le permitió el escenario para reflejar la capacidad que tenía como jefe de Estado para hacer frente a una crisis, -en este caso un desastre natural. El presidente lo sabía y lo supo utilizar a su favor, sin evidenciar de manera cínica que estaba haciendo campaña con la catástrofe provocada por Sandy. De tal modo, que pudo restituir en gran medida esa figura de jefe de Estado, frente a la actitud apática y “débil” del primer debate.